
Umbilicus
No hay luz que aportar sobre estas sombras en las catacumbas
de la respiración son máquinas ciegas y autónomas
que se entretienen mirando la travesía oscura
de la humanidad a través de la humedad
que es su sentimiento perpetuo transmitido
pulso a pulso
instantáneo.
No hay cruz ni dios capaz de mantener a flote tanta Ruina
indefendible
que aun respira
innombrable
que aun se ríe, viva
y no hay árbol ni escalera para subir por la luz de las estrellas.
Todo su camino está atravesado por fetos no natos semi enterrados
o casi desenterrados
que sueñan con darle un nombre a su destino
que sueñan con colores brillantes que jamás han visto
que sueñan con globos que flotan sobre una ciudad que ríe
que sueñan con luces encendidas en casa
y comida caliente
puro amor
a la vida tendremos que darle una respuesta
que valga la pena nombrar
que valga la pena no saber volar
no saber decir que se sospecha
que atrás de esa húmeda oscuridad
habrá un paraíso en el que todo se puede
porque aun no existe.